Archivo | abril 17, 2013

«Por esta LIBERTAD habrá que darlo todo»…..

Mientras persisten las convicciones no cesa el ímpetu de luchar por ellas. Ese principio fue un denominador común para los cientos de cubanos que contribuyeron a dar a luz al triunfo de la Revolución en 1959, cuando más esta tierra necesitaba de los albores de una sociedad meramente socialista que derrocara los sueños imperiales de los Estados Unidos.

Ya era prácticamente imposible matar la semilla que aunque incipiente, florecía en el corazón de cada cubano revolucionario. No faltaron sabotajes por parte de los Estados Unidos para lograr ese propósito. Pero el intento fue en vano, porque la semilla creció velozmente hasta convertirse en un árbol vigoroso, cuyas raíces ya sostenía a millones de cubanos. Entonces, Cuba conocía el objetivo de su lucha y la importancia de preservar lo logrado.

Ese convencimiento era un obstáculo irreversible para el gobierno imperialista. Mientras más tiempo pasaba más fuerte se hacía la Revolución y mayor la impotencia de los Estados Unidos frente a la imposibilidad de acabar con la naciente Revolución.

Sorpresivamente el 15 de abril de 1961, comenzó el histórico ataque a los aeropuertos de Santiago de Cuba, San Antonio de los Baños y el campo de la aviación de las Fuerzas Armadas Revolucionarias en Ciudad Libertad.

Era el inicio de la agresión militar norteamericana a la Isla, que más tarde se convirtió en la PRIMERA derrota de los Estados Unidos en América Latina. Hombres y mujeres humildes de la Patria acudieron al llamado del líder de la Revolución Fidel Castro a combatir contra los mercenarios por el presente y el futuro del socialismo.

Con el hundimiento de la embarcación denominada Houston, los invasores quedaron al fin derrotados, el 19 de abril. En el mismo sitio donde los combatientes vencieron a los mercenarios aquel día de abril, hoy los educadores de la escuela primaria Iluminado Rodríguez, enseñan a sus alumnos a amar y respetar la soberanía no solo de Cuba sino de cada país del mundo.

HOY la salud es un derecho de todo ciudadano, tanto en Playa Girón, escenario de aquel suceso inolvidable, como en la Isla toda. HOY esa zona de la Ciénaga de Zapata es Reserva natural del país. Todo eso es fruto del Socialismo Cubano, del cual somos herederos los pioneros y jóvenes de hoy.